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Desde hace varios años vengo escuchando frases como … “la tecnología va a desplazar al vigilante” … ó … “las alarmas nos están quitando el trabajo” … ó … “si compra este sistema electrónico, se va a ahorrar mucho dinero en vigilantes” …. y hoy estoy convencido que ninguna de las anteriores frases, es cierta.
 
Los equipos electrónicos de seguridad no fueron hechos para reemplazar a nadie, todo lo contrario, es una herramienta para que el guarda de seguridad realice mejor su labor.

Empecemos por el principio, la seguridad integral es la suma de cuatro elementos clásicos: pasivos, electrónicos, activos y procedimientos. Siempre debemos tener en un esquema de seguridad la presencia de los cuatro elementos, de lo contrario, existirán fisuras en el plan de seguridad que los otros elementos no logran cubrir.

La seguridad pasiva, también llamada por algunas personas, seguridad física, sirve como barrera física para disuadir, detener ó retardar el ingreso abrupto de un intruso al sitio protegido. Los ejemplos más obvios son las rejas, puertas, cerraduras, cerramientos perimetrales, paredes, blindaje, cajas fuertes, entre otros. En algunos casos son tan intimidantes que el simple delincuente, siente temor de ingresar allí. En otros casos son tan fuertes que, para atravesar la barrera, se requiere de herramientas sofisticadas y un equipo humano preparado; y en la gran mayoría de casos son elementos que simplemente retardan algunos minutos, el ingreso inmediato.

La seguridad activa, es la que reacciona, es decir la que tiene la capacidad de analizar y tomar una decisión para contrarrestar el acto delictivo que está ocurriendo. Por largos años y esperemos que por muchos mas, este papel lo ha desempeñado principalmente el hombre, el guarda de seguridad. Se requiere preparación, conocimiento de la situación y agilidad mental para tomar las acciones apropiadas sin equivocaciones.

El hombre que reacciona normalmente sigue unas pautas estudiadas con anticipación que forman las normas y procedimientos para el puesto del guarda. Se supone que las normas están bien hechas, pensando en todas las posibilidades y que siempre tienen una manera para realizar una excepción acorde a las políticas del sitio protegido y sus propietarios. Es deber del guarda respetarlas y seguirlas al pie de la letra.

La seguridad electrónica, relativamente nueva en nuestro medio (25 a 30 años), tiene el papel de servir como herramienta para la parte activa, mejorando el desempeño y ofreciendo más servicios de los que un humano realiza.

Su papel principal está en detectar situaciones anormales, analizarlas, registrarlas y avisar a las personas encargadas para que tomen decisiones basadas en estos datos. En algunas ocasiones realizan de manera automática acciones repetitivas, evitando que el humano pierda tiempo en ellas.

Podemos afirmar que los equipos electrónicos de seguridad imitan las acciones del humano, es decir los sensores son la extensión de los órganos de los sentidos del hombre; los procesadores y controladores, imitan de manera bastante primitiva el cerebro; las sirenas y medios de comunicación remota, copian de manera automática la manera como un humano se comunica con sus semejantes y finalmente todos los eventos quedan registrados para futuras investigaciones.

A su vez, cada subsistema de seguridad electrónica tiene una función que realizar dentro del proceso de seguridad. Veamos sus funciones principales:

Las alarmas de intrusión o de incendio tienen la función de servir de extensión de los sentidos del hombre y realizar una tarea más eficiente, debido a que factores como el cansancio, la pereza y la situación familiar, no les afectan. Este tipo de sistemas tienen que cumplir con normatividad internacional y la ubicación y características principales deben escogerse de una manera muy detallada. Uno de los errores más frecuentes en estos sistemas son las falsas alarmas ocasionadas por desconocimiento y por una mala instalación. Mi recomendación es contar siempre con un experto que asesore los detalles más pequeños. En este punto es fundamental determinar la mejor forma de comunicación hasta una central de monitoreo de alarmas o hasta el centro de control que hará la reacción.

Los sistemas de video vigilancia (CCTV), sirven para cubrir la etapa de verificación de las situaciones anormales y registrar toda la información posible. Un error común es pretender que el sistema de CCTV, sirva también para detectar, esto con lleva a numerosas falsas alarmas y por lo tanto será la pérdida de confianza en los equipos. Las cámaras móviles o fijas se graban hoy en día en una videograbadora digital, manteniendo una señal de alta velocidad, calidad y resolución. Sirven como apoyo a los sistemas de alarmas, no como su reemplazo. Otro error común, que está dañando el mercado actualmente es confundir el sistema de video vigilancia con un sistema de transmisión remota de video a nivel casero. Es algo similar a confundir un revolver de marca reconocida con una pistola de juguete neumática. Ambos sistemas transmiten video, pero el primero está diseñado para el mundo de la seguridad, en donde dura 24 horas encendido los 365 días del año. El segundo es un “juguete” más que en ocasiones nos brinda información, pero que de ninguna forma puede tratarse como un elemento de seguridad profesional. De esta manera un simple PC con tarjetas capturadoras de video No es la mejor solución, así salga mucho mas barato. Nuevamente el asesor experto es fundamental.

Los sistemas de control de acceso sirven para restringir o permitir el ingreso y el egreso, de manera automática. Adicionalmente registran el movimiento en cada puerta de cada empleado y permiten cambios que se ajustan a horarios u otros eventos en el sistema. Se convierten en el equipo base para integrar los sistemas y permiten en plataformas más avanzadas, que las alarmas “hablen” con el sistema de CCTV y dependan de los acontecimientos en otros subsistemas. No solo controlan el paso de personas, sino también de vehículos y objetos, dependiendo de la tecnología que se emplee en los dispositivos lectores. En este caso la más utilizada es la tecnología que usa tarjetas de proximidad, por su facilidad de uso, sin embargo, poco a poco se ha desmitificado el tema de lectores biométricos y hoy en día se usan con mayor frecuencia.

Finalmente encontramos los equipos que apoyan la labor de requisas y permiten la búsqueda de armas, explosivos, narcóticos y demás.

Cuando estos elementos están presentes en una instalación es muy importante que se integren y se generen acciones que automaticen las labores de seguridad, quitando trabajo mecánico al guarda de seguridad y permitiendo que su cerebro esté en lo que debe estar: analizar las situaciones y reaccionar inteligentemente.

Así que como vemos ningún equipo desplaza la labor del guarda, simplemente la complementa. El guarda debe entonces preparase para conocer, operar, instalar y convivir con todas estas nuevas herramientas, que simplemente hacen su trabajo más grato y eficiente. En la actualidad hay varias academias de seguridad privada, que guían sobre la manera de operar los equipos, sin embargo, el conocimiento necesario va mucho más allá de estos simples conceptos; es necesario que se complemente con cursos especializados en el tema para formar verdaderos expertos que saquen todo el provecho de las nuevas tecnologías al servicio de la seguridad.

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