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Las entidades del estado en la mayoría de naciones latinoamericanas, adolecen del tema normativo a nivel técnico. Esta carencia es quizás el origen de muchos inconvenientes que se traducen en falta de eficiencia y claridad en los diferentes sectores de la ingeniería y por supuesto en nuestro gremio.
Un Reglamento Técnico basado en normas internacionales, sirve de guía para el profesional, permite generar buenas costumbres en la sociedad y es la base para que el estado supervise y exija el cumplimiento de los detalles expuestos.
Afortunadamente en los últimos años, naciones como Brasil, México, Colombia o Argentina, comienzan a generar sus propios reglamentos de obligatorio cumplimiento al interior de su territorio, en temas de seguridad, comunicaciones y domótica, entre muchas otras. Algunos contenidos están basados en los estándares norteamericanos ANSI; otros en las normas globales ISO/IEC y finalmente algunos en la normatividad española, más cercana a nuestra idiosincrasia y que al estar en nuestro mismo idioma se absorben y ajustan con mayor facilidad.
Debo aclarar que un Reglamento Técnico, exige enorme trabajo e investigación –incluso para copiarlo o adoptarlo–, por parte de la entidad estatal que lo impulsa. En la fase final, se debe compartir y esperar autorización a nivel internacional, con las naciones de la Organización Mundial del Comercio (OMC) y con las naciones con quienes existan TLC (tratados de libre comercio), pues en caso de haber discrepancias de fondo, se considera un obstáculo difícil de superar para el libre comercio de equipos y servicios. Por lo tanto la existencia de Reglamentos Técnicos, exige el cumplimiento por los habitantes de cada nación, de forma obligatoria.
Estos acuerdos son la mano derecha para los procesos de globalización de nuestros territorios con el mundo industrializado y más desarrollado. El tema es absolutamente serio, importante y estratégico para impulsar el desarrollo de las economías de nuestras naciones y de las empresas del gremio de tecnología y construcción en general. Nuestras edificaciones deben cumplir todos los estándares internacionales, para convertirse en verdaderos ejemplos de eficiencia y modernidad.
Ya contamos con muchos reglamentos en nuestras naciones: incendio, redes de comunicaciones, servicios de redes celulares, construcción sismo resistente, manejo de calderas, control y desarrollo urbano, transporte y sus servicios derivados, distribución y el control de energía, procesos de exportación, uso de materiales para cuidado del medio ambiente; y aun nos faltan más del 90% de los reglamentos existentes en los países desarrollados.
La existencia de un reglamento técnico en cualquier área, implica exponer claramente las “reglas del juego” a todos los actores y tener los mecanismos para dar conformidad a un sistema o exigir los ajustes. Permite que la industria se ajuste a la reglamentación y que consultores, distribuidores, integradores, instaladores y usuarios finales entiendan los detalles y responsabilidades en cada caso.
Uno de los temas que más ha impactado a la sociedad, son los reglamentos de construcciones, y dentro de ellos quiero referirme en esta ocasión al RITEL (Reglamento Interno de Redes de Telecomunicaciones) y al RICOM (Reglamento Interno de Redes de Comunicación); encargados de dar orden y estructura a todas las redes electrónicas internas de una edificación, que transportan los servicios de comunicaciones modernos.
Las redes electrónicas internas se dividen en:
Estos reglamentos técnicos indican los requisitos mínimos necesarios para exigir en una construcción moderna y nos permite fijar el rumbo de toda la infraestructura para redes electrónicas, que se requiere para materializar los conceptos básicos de productividad, seguridad, confort, ahorro energético, integración, flexibilidad, sostenibilidad y administración eficiente de nuestros inmuebles.
Con el ánimo de que pueda entender, el alcance de estas normas, -de obligatorio cumplimiento en países desarrollados y en algunas de nuestras naciones latinas-, me quiero concentrar en la parte del reglamento que regula el diseño, construcción y certificación de las redes electrónicas que dependen de los servicios externos de telecomunicaciones, es decir del RITEL, que reglamenta los servicios residenciales, comerciales, institucionales o industriales de acceso a datos multimedia (televisión, internet, voz, video, audio) hoy en día. El más reciente, es el aprobado por la Ley Colombiana 4262 de 2013, expedido por la Comisión de Regulación de Comunicaciones – CRC (organismo que depende del Ministerio TIC) y que entra en vigencia en todo el territorio colombiano, a partir de Enero de 2014. Es muy similar a la norma española.
La idea básica es que TODA la red (cajas de entrada, ductos, cajas de paso, cuartos de interconexión, equipos activos, cableado, tomas de salida y demás accesorios) sea de propiedad del usuario final (ya sea uno solo o algunos tramos compartida con la co-propiedad, si existe). Por lo tanto el diseño, la construcción y el mantenimiento de toda la red, siempre será a cargo del usuario final.
El operador de telecomunicaciones debe usar esa red privada y garantizar que el servicio se ajusta a los estándares, una vez verifique que la red cumple con todas las exigencias técnicas y se tenga un certificado de conformidad.
La red se valida mediante una empresa imparcial que tiene como objetivo, supervisar y acompañar el proceso de construcción y al final emitir el certificado de conformidad al diseño, materiales usados y niveles de calidad de la construcción.
Con ello se busca no solo orden y calidad en las redes, sino brindar disponibilidad e imparcialidad, para que todos los operadores puedan acceder a cada una de las zonas privadas, permitiendo que los usuarios elijan libremente su operador. El reglamento técnico también promueve la seguridad en la edificación y apoya otros reglamentos de incendio y comunicaciones.
El procedimiento es sencillo:
La red interna se debe mantener operando de allí en adelante, bajo la administración del propietario o consejo de co-propietarios.
La idea principal de todo esto es simplemente permitir que los servicios de comunicaciones que se llevan a largas distancia (Tele – comunicaciones), tengan los espacios necesarios para llegar de manera equitativa a cada usuario final. Por lo tanto debemos entender que estos servicios se pueden recibir por dos medios: Inalámbrico o Alambrado. En el primer caso se recibirá la señal de radiofrecuencia en una antena adecuada, en el segundo caso se deberá recibir la señal en la punta de un cable que puede ser UTP (par trenzado de cobre), Coaxial o Fibra Óptica.
El Reglamento indica que se deben tener espacios para recibir las acometidas de las señales a nivel superior de la edificación para medios inalámbricos y a nivel inferior para medios alambrados.
La gran mayoría de información de telecomunicaciones actualmente, llega mediante medios alambrados. Se debe entonces tener en cuenta varios aspectos importantes:
Al cuarto de telecomunicaciones inferior, deben llegar ductos diferentes para cada posible operador de la ciudad y en lo posible permitir que exista una caja de interconexión (antes llamada strip telefónico) para cada uno de manera separada e independiente. Recordemos que ahora no son solo servicios de telefonía básica sino televisión o audio por suscripción, servicio de acceso a internet, entre otros.
En los sitios donde hay más de 3 operadores diferentes que compiten entre ellos… los espacios se tornan grandes y si no se dejan previstos los posibles cruces de ducterías se van a ver desordenados, infringiendo uno de los pilares del reglamento, que es el orden y la estética de todas estas redes.
El Cuarto Inferior de Telecomunicaciones debe estar en un lugar privado (de la co-propiedad, si existe), de acceso restringido, pero debe permitir trabajar de manera cómoda y ergonómica. Su uso se acrecienta en los inicios del servicio para algún usuario; entonces no es normal que las empresas operadoras estén trabajando en esos sitios de manera continua. Se entiende que en grandes condominios de apartamentos, comercio u oficinas el movimiento puede ser alto por todos los cambios y alteraciones que produce una población alta.
Este cuarto en ocasiones puede ser muy sencillo y se llamaría tablero inferior de comunicaciones, cuando solo exista un operador en la zona y no haya indicios de competencia a corto plazo. Es decisión del Diseñador de la red, dejar los espacios con suficiente flexibilidad para recibir otros operadores en un futuro mediano.
De este cuarto, deben salir todas las redes internas de distribución hacia el interior de la edificación.
De manera similar, en la parte alta de las edificaciones, debe existir un cuarto de telecomunicaciones superior, que reciba las señales del mundo inalámbrico.
En este caso de manera conocida a la fecha solo hay dos posibilidades:
Son las únicas dos antenas que se deben ver sobre la edificación (ya sea de un único dueño o un condominio de varios propietarios). En caso de haber más de un operador privado de televisión por suscripción satelital, podría haber una segunda antena parabólica.
En el Cuarto de Telecomunicaciones Superior, deben existir los equipos activos que permitan decodificar la señal inalámbrica y modularla en uno o varios canales locales de televisión tradicional o TDT. Esto incluye amplificadores, filtros, distribuidores activos de señal, sintonizadores, moduladores, entre otros. Todos estos equipos deben ser parte de la co-propiedad y su mantenimiento y cuidado estarán a cargo de la administración de la co-propiedad.
Algunas personas les parece que esto es exagerado como norma y que le correspondería al operador de telecomunicaciones colocar tales equipos; sin embargo el reglamento lo que deja muy en claro es que no debe ser así, para evitar verse manipulado y/o coaxionado por el operador en algunos casos.
La verdad es que los equipos no son tan costosos como hace algunos años y como es la tendencia mundial, cada día bajan más de precio incrementando sus funciones y calidad.
A la salida del Cuarto de Telecomunicaciones Superior deben unirse en un mismo cable las señales de televisión pública con las de televisión por suscripción. Para ello se usan equipos pasivos o activos que comparten el mismo cable (casi siempre coaxial).
Conforman lo que se ha llamado comúnmente el BackBone del sistema. Se encarga de distribuir a cada área las señales provenientes de los cuartos de telecomunicaciones inferior y superior.
La complejidad radica en que se deben distribuir las señales de todos los operadores y de todos los medios previstos para llevar alguna señal de telecomunicaciones.
En un edificio de varios pisos, la red de distribución se traza de manera vertical normalmente y alimenta las cajas de interconexión que debe haber en cada piso casi siempre en áreas comunales de la co-propiedad.
Esta red debe complementarse (por separado, pero compartiendo los mismos ductos verticales), con otras redes locales o de servicios especiales, como los sistemas de seguridad, monitoreo y control que forman el sistema de domótica/Inmótica de la edificación.
Entenderemos que en condominios grandes estas cajas de interconexión son grandes, pero en casas unifamiliares pueden ser bastante pequeñas.
Debe usarse bandeja porta cable (abierta o cerrada) y/o ductos cerrados tipo tubería plástica o metálica, según sea la vulnerabilidad del sitio.
En la caja de interconexión se va a hacer el empalme o conexión entre el cable de cada zona privada y los diferentes operadores de servicios de telecomunicaciones.
Son la continuidad de las redes de distribución pero a nivel horizontal, en cada piso o cada zona del inmueble. Comunican las cajas de interconexión general con las unidades privadas.
En este caso ya no se debe llevar un cable para cada operador, pero si un conductor para cada posible servicio.
La canalización en la redes de dispersión casi siempre es más simple, menos densa y de tramos cortos. Sin embargo hay excepciones.
La red de dispersión finaliza en la caja de paso dentro de cada propiedad llamada PAU (Punto de Acceso al Usuario).
Inicia en el PAU, que se comporta como la caja de telecomunicaciones principal para el área totalmente privada. En ella deben poderse interconectar los distintos servicios y se podrán colocar equipos activos como demoduladores, decodificadores y demás que se requieran para el adecuado uso de las señales recibidas.
En el PAU, debe existir espacio para cada medio de transmisión mencionado (UTP, Coaxial, Fibra Óptica). Debe estar en un lugar del área privada, central, pero mimetizado para no afectar la estética del lugar.
Desde el PAU debe existir comunicación mediante tubería adecuada hasta las salidas de comunicaciones con conectores adecuados según el medio de transmisión y se deben cubrir todos los espacios importantes. (recordar que esto aplica para inmuebles residenciales y comerciales).
En las oficinas abiertas que se venden como una caja vacía se deben dejar tomas de salida de acuerdo a su área.
Esto quiere decir que en cada espacio habitable o de trabajo deben existir cuatro tomas: Dos para Televisión por cable (uno privado y uno público), una para red de datos por UTP, una para red de datos por F.O.
El diseñador del proyecto deberá tomar en consideración los operadores de la zona y las necesidades de cada zona para dimensionar correctamente las salidas de comunicaciones.
El reglamento puede incluir un ordenamiento de cableado y previsión para los demás sistemas de tipo local, como sistemas de seguridad electrónicos, sistemas de audio/video, sistemas de supervisión y monitoreo de variables en equipos electromecánicos. En este caso la obligatoriedad radica en dejar los ductos en la red de Distribución y Dispersión adecuados, para que cada propietario pueda intercomunicarse con los sistemas comunales de la co-propiedad y/o permita los servicios asociados a monitoreo remoto a través de la misma infraestructura del edificio.
En este caso se deben dejar diferenciados los ductos para seguridad y control, de los de telecomunicaciones. Sin embargo pueden compartir los espacios de las redes de Distribución.
Al hacer una red ordenada y estructurada con posibilidad real de expansión para compartir varios servicios, se está logrando mayor sencillez en la red, ordenamiento, se disminuyen fallas de mantenimiento, se permite un uso equitativo, justo a todos los operadores y a cada usuario.
Cada usuario puede escoger de manera justa un operador de comunicaciones, sin temor a sobrecostos y sobre todo puede cambiar cada vez que lo desee usando su misma infraestructura.
Es muy importante recordar que toda la red que hemos descrito es del usuario final (parte privada y parte en la co-propiedad) y que el operador de telecomunicaciones no puede adueñarse de esa infraestructura dejando por fuera del juego a otros operadores. Obviamente esto implica que los daños asociados también correrán por cuenta del usuario final.
Llevar redes de telecomunicaciones junto a redes especiales, hace que se impulse bastante el uso de estas últimas, creando verdaderas oportunidades para los sistemas de video vigilancia, control de iluminación, alarmas y monitoreo.
Se disminuye la contaminación visual en muchos lados, se abandona el uso de cables aéreos (“provisionales”) y se conserva el aspecto estético de las edificaciones, sin alterar la calidad del servicio.
Libera al operador de costear estas redes mal hechas y con costos elevados que finalmente debe dar “gratis” para que le contraten su servicio. Se quita el componente de interés comercial y tomar a la mayor brevedad la red, al inicio de los proyectos.
Los servicios de mantenimiento para la red de telecomunicaciones correrán por cuenta del usuario final (ya sea en su red privada, o en los tramos que le pertenecen a la co-propiedad).
Como se emplean equipos activos y pasivos, es muy posible que un servicio de mantenimiento preventivo deba contratarse por parte de la co-propiedad tal y como se hace con el ascensor u otros elementos comunales.
Al interior de cada zona privada también hay mayor probabilidad de llamar a un servicio de mantenimiento correctivo y preventivo.
Las empresas de mantenimiento serán las más adecuadas para realizar las ampliaciones al sistema y la ubicación de varios puntos nuevos fruto de las nuevas tecnologías venideras. Por ello es MUY importante la flexibilidad del diseño que se realice en espacios, ductos y tubos.
Los reglamentos tienen un capítulo especial para describir las recomendaciones mínimas para los equipos y materiales a utilizar tanto en la parte activa como pasiva.
Estas especificaciones se generan basadas en reglamentación internacional ISO/IEC y en las características de los productos y materiales de las naciones de la OMC. Incumplir estos tipos de materiales puede generar un serio problema de comercio y sería inviable bajo los tratados de comercio internacional actuales.
Aprovechando que se da un marco de referencia para la calidad de materiales y equipos, es común encontrar que se mejoran sustancialmente algunas características básicas en tubería, cableado, conectores, entre mucho otros.
Las especificaciones técnicas apoyan otros reglamentos de construcción como ahorro energético, incendio y sismo resistencia. Por ejemplo, los cables a usar, deben tener la capacidad de evitar producir humo dañino.
Los fabricantes están muy contentos con este nuevo orden, debido a que aunque deben hacer enormes inversiones, para comprometerse a ofrecer productos de mejor calidad, están asegurando que su inversión no se pierde, pues el mercado está asegurado. Con las “reglas del juego” claras, todos ganamos, especialmente el usuario final.
Los operadores de telecomunicaciones, podrían reconsiderar (bajar) parte de sus tarifas, logrando una mayor inclusión social, teniendo en cuenta que la mayor parte de la población es de bajos recursos; debido a que ya no tienen que encargarse de la red interna en las edificaciones nuevas.
El constructor debe entender que ahora el costo de estas redes, debe pagarlo el propietario final del inmueble, al ser precisamente de ellos toda la red privada y de manera compartida la parte de la red comunal a otros propietarios.
Sin embargo para tranquilidad de todos, las estadísticas indican que el valor de estas redes –bien hechas y cumpliendo las normas–, no incrementarían el valor del inmueble en un porcentaje superior al 2%, así que aunque debe incrementarse este costo en los presupuestos de obra, no debe ser muy significativo para el usuario final.
El constructor debe también entender que es su responsabilidad contratar a un Ingeniero certificado, para que realice los diseños de acuerdo a las necesidades y requerimientos de cada sitio. De igual manera el diseño solo estará completo hasta que se presenten los certificados de conformidad expedidos por una autoridad o profesional competente.
Desde luego la labor de diseño tiene un costo aplicable a los servicios de consultoría de acuerdo a las tarifas en cada nación. El certificado de conformidad del Diseño tiene también un costo asociado.
El constructor deberá contratar para el suministro, instalación y configuración de la red pasiva y activa a una empresa con experiencia, que se encargará de poner todo a punto y asesorar a los propietarios y operadores a llevar la señales por donde y como corresponde.
El constructor deberá entender que solo hasta que una autoridad o profesional competente genere el certificado de conformidad de la instalación no podrá hacer uso de ella. De hecho ninguna empresa prestadora de servicios lo hace hasta tanto este requisito no se cumpla. Es normal que por este certificado también haya costos asociados a labores de inspección, pruebas y ajustes.
Finalmente el propietario de la red o la administración del inmueble, debe contratar periódicamente a una empresa idónea que realice el mantenimiento preventivo y correctivo de las redes y todos sus componente pasivos y activos para garantizar que los servicios de comunicaciones y especiales se mantienen funcionando bajo parámetros de eficiencia.
Los operadores de comunicaciones o las empresas prestadoras de servicios especiales, deben realizar contratos claros con los propietarios del inmueble, así como con la administración del condominio. En los contratos se debe tener especial cuidado de facilitar que cualquier operador o empresa de servicios pueda usar la red interna del edificio, con el ánimo de que cada propietario contrate a quien quiera.
Los contratos ya no deberán tener esa cláusula de permanencia mínima, debido a que la empresa prestadora de servicio no realiza ninguna inversión en el interior del inmueble.
Se deberá tener cuidado en los tiempos de servicio tanto para operadores o prestadores de servicios, como para las empresas que realizan el mantenimiento de la red. Esto garantizará un servicio eficiente y a tiempo, evitando mal servicio al cliente por parte del operador. Como referencia en Latinoamérica ya existen a nivel comercial e industrial contratos con máximo 2 horas de atención a una falla y con el 99.9% de servicio al año.
Es importante aclarar que el profesional responsable y avalado es el Ingeniero Electrónico o de Telecomunicaciones y no otro. Es decir no le corresponde al ingeniero eléctrico, ni mecatrónico, ni de sistemas o similar.
Esto aplica para quien haga el diseño, firme el certificado de conformidad, realice la instalación y firme el certificado de conformidad de la misma.
En cada nación se deberá escoger y habilitar al grupo de profesionales que puedan convertirse en idóneos debido a su experiencia y costumbre.
Se deberá mostrar la documentación valida que lo acredite como ingeniero y como profesional certificado y avalado para responsabilizarse por un diseño e instalación de las redes internas de comunicaciones y servicios especiales.
Durante la fase de diseño e Instalación, se recomienda una supervisión, por parte de un tercero, que permita garantizar que el diseño y la instalación no están favoreciendo a una marca en particular, sino que realmente satisfacen los requerimientos y necesidades del usuario final.
Realmente cuando se va a firmar el certificado de conformidad para la fase de Diseño o de Instalación, es cuando se verifican todos los detalles y aspectos técnicos, operativos y funcionales… sin embargo es mucho más eficiente tener ese profesional durante todo el proceso y no al final.
En cada nación existirán formatos diferentes, pero que en resumen contienen la misma información.
Se trata de hojas pre-impresas que se llenan en la visitas de campo que ingeniero certificador debe realizar. Son realmente listas de chequeo que evitan olvidos y que permite realizar la inspección de manera ordenada y completa.
De incluir los sitios de revisión, los dispositivos encontrados, el estado de los conductores y su ductería asociada. También debe incluir las pruebas que se realizaron y los resultados detallados de las mismas. En caso de existir observaciones o ajustes pendientes, no se podrá firmar el certificado de conformidad.
Para el caso del certificado de Diseño, se deberá realizar un recorrido sobre planos de la misma forma e incluir las normas que cumple el diseño.
Los productos y elementos usados en la construcción de la red, deben tener también un certificado de conformidad de autoridad o profesional competente, indicando que cumplen a satisfacción los requerimientos expuestos en el reglamente.
Es importante que el certificado de conformidad, siempre esté firmado por el diseñador y/o constructor y por el profesional que avala, indicando claramente sus datos de contacto.
Los reglamentos se deben revisar como mínimo cada tres (3) años, realizando un comité de profesionales idóneos y conocedores del tema, que permita hacer los ajustes de acuerdo a la reacción del gremio, constructores, fabricantes, propietarios y todos los actores que participan del reglamento.
Es normal que en cada revisión se adicionen más subsistemas, se detallen mejor los procedimientos y/o se actualicen algunos puntos de tecnología. En todo caso al igual que la primera vez, el reglamento ajustado deberá convertirse en ley de obligatorio cumplimiento dentro de cada nación y deberá estar avalado por las OMC y países con interés comerciales.
Son en estas actualizaciones, donde se logra incluir a una mayor población, mejorar la obligatoriedad progresiva e incluyente, completar las redes y volver el reglamento un instrumento útil no solo para mejoramiento de las condiciones hacia la sociedad sino para dar mayor cantidad de trabajo y modernizar lo que cada nación tiene.
En cada nación debe existir uno o varios organismos privados que se encarguen de certificar que las redes electrónicas están bien diseñadas y/o bien construidas, usando los materiales adecuados. Sin embargo mientras existe esa empresa de carácter privado y de cubrimiento nacional, los responsables de dar aval a diseños y obras, son los mismos Ingenieros Electrónicos que poseen las bases para entender fácilmente los reglamentos de redes.
El profesional deberá entonces certificarse mediante curso avalado por la entidad estatal correspondiente.
Una vez exista una o varias empresas (depende de los criterios empleados en cada nación) certificadas y avaladas, los profesionales solo podrán diseñar y/o construir, mas no firmar los certificados de conformidad.
EL periodo de transición depende de la celeridad con que una empresa se convierta en organismo certificador en el ámbito nacional de su propia nación.
Surge entonces una clara posibilidad y riesgo de que la ética profesional falle, cuando se trata de firmar certificados de conformidad. Estamos ante la posibilidad de que un profesional manipule para beneficio propio e intereses sórdidos, la información y la seriedad con la que los reglamentos técnicos esperan que se traten sus temas.
Nada más apropiado que convertirnos todos los actores en veedores de los debidos procedimientos y pasos explicados. De tal manera que en caso de observar comportamientos no apropiados, se deben denunciar ante la autoridad competente y ante los organismos de acreditación en cada nación, de la matricula profesional del profesional que incumple su ética.
Nosotros como latinoamericanos, podemos hacer que nuestras instituciones y procesos estén libres de corrupción. Los reglamentos técnicos como el mencionado, dan las herramientas para que logremos un gremio lleno de profesionales orgullosos que brindan un servicio útil a la sociedad.
Si bien muchos de los reglamentos existentes han comenzado en cosas muy básicas y de notorio reconocimiento, como la sismo resistencia de las construcciones o los códigos de protección para incendio, en este caso el reglamento de redes electrónicas ha iniciado con los servicios básicos de comunicaciones como telefonía, acceso a internet y televisión paga, sin embargo es solo la punta del iceberg.
Ya hemos mencionado que algunos reglamentos se complementan entre sí, para dar normatividad y leyes de obligatorio cumplimiento a temas tan importantes como video vigilancia privada, cámaras de seguridad pública, accesos controlados, alarmas para detección de intrusión y emergencias, control de iluminación y aire acondicionado, supervisión de equipos electromecánicos, eficiencia energética, cuidado del medio ambiente y sistemas especiales de uso privado según el sitio, entre muchos otros.
Las redes electrónicas son una necesidad rutinaria hoy en día. Dejaron de ser las redes para multinacionales, edificios de lujo o de estratos sociales elevados, para convertirse en parte de nuestras vidas y ofrecernos lo mejor de las tecnologías abiertas y de fácil inclusión en la sociedad.
No conozco ninguna buena constructora hoy en día, que no reconozca que el sistema nervioso de su proyecto, aquel que le provee comunicación interna y externa es tan importante como la red eléctrica o hidrosanitaria. Así que debemos trabajar de la mano con el estado en cada nación latinoamericana, para que se implementen los reglamentos técnicos para redes electrónicas y logremos eficiencia en nuestros proyectos aprovechando toda la tecnología del siglo XXI que ya tenemos a nuestra disposición.
Mi interés es solamente en invitar a los diseñadores, constructores y el gremio en general; a que vean el panorama completo de las redes y reglamentos técnicos, y que lo tengamos en cuenta a la hora de implementar una solución tecnológica, recordando que debe ser flexible y eficiente.
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